Siempre preguntaba por ti, Ana. Y después recitaba de carrerilla los nombres de todas las educadoras y educadores del Arca… y eso que ya no se pasaba por el centro. Llevaba la cuenta mejor que nadie en Nazaret… y casi nunca contestaba una pregunta.
Y ya no nos lo vamos a encontrar más, ni habrá que darle el parte de los nuevos y las nuevas, de los hijos y de las hijas…
… le echaremos de menos.